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Ciento volando de catorce: la poesía cruda y brillante de Joaquín Sabina
Ciento volando de catorce: la poesía cruda y brillante de Joaquín Sabina
Descubre Ciento volando de catorce, la obra poética de Joaquín Sabina escrita tras su retiro temporal de los escenarios en 2001.
Descubre Ciento volando de catorce, la obra poética de Joaquín Sabina escrita tras su retiro temporal de los escenarios en 2001.
Ciento volando de catorce: Joaquín Sabina y la poesía como refugio
En 2001, Joaquín Sabina, cantautor español de culto, enfrentó uno de los momentos más oscuros de su vida. Un accidente isquémico cerebral leve, seguido de una fuerte depresión, lo alejó de los escenarios y de su guitarra. Sin embargo, lejos de rendirse, encontró en la poesía un refugio.
De esa etapa nació Ciento volando de catorce, una recopilación de sonetos que retratan su visión ácida, lúcida y profundamente humana del mundo. Cada poema es un disparo certero de ironía, desamor y existencialismo cotidiano, escrito con la maestría de quien ha vivido para contarlo.
Sabina declaró entonces que no volvería a cantar, pero como todo buen artista, terminó regresando. Este libro quedó como testimonio de ese periodo de exilio emocional y como una joya imprescindible para los amantes de la poesía sin adornos.
Si buscas una lectura directa, sin rodeos y cargada de autenticidad, Ciento volando de catorce es para ti.
"Ciento volando de catorce"
El brillo de su ausencia
El brillo de su ausencia
Llega al atardecer con su cartera,
viste de oscuro, calla por los codos
Mi modo de querer sin malos modos
rezuma savoir faire a su manera.
Siempre estamos de acuerdo en casi nada,
novicios de un oficio de difuntos.
Entre su soledad y mis asuntos
no hay más resquicio que la madrugada.
Ni nos fían el pan con cicatrices,
ni permuto el bombín de mi amuleto
por el terno de tweed de su prudencia
Antes de que la aurora eche raíces,
abusa con excusas de cateto
del brillo hipotenusa de su ausencia.
Cuando tengas frío
Cuando tengas frío
Usa mi llave cuando tengas frío,
cuando te deje el cierzo en la estacada,
hazle un corte de mangas al hastío,
ven a verme si estás desencontrada.
No tengo para darte más que huesos
por un tubo y un salmo estilo Apeles
y páginas anémicas de besos
y un cubo de basura con papeles.
Ni me siento culpable de tu lejos,
ni dejo de fruncir los entrecejos
que usurpan de tus ojos la alegría,
si quieres enemigos ya los tienes,
pero si socios buscas ¿cuándo vienes
a repartir conmigo la poesía?
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